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¿Por qué España pasa directa a la final de Eurovisión?

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¿Por qué España pasa directa a la final de Eurovisión?
Los integrantes del dúo alicantino de electropop Nebulossa, la cantante María 'Mery' Bas y el teclista y productor Mark Dasousa, en una imagen reciente en Miami (Estados Unidos). EFE/AliciaCivita

Otro año más y como suele suceder por estas fechas llega la hora del Festival de Eurovisión. Y como cada año España no falta a la gran final. España sólo ha ganado Eurovisión en dos ocasiones; en 1968 con Massiel y su mítico ‘La, la, la’ y en 1969 con Salomé y ‘Vivo cantando’. Ha estado a punto de repetir como ganador en 1979 con Betty Missiego y su segundo puesto con ‘Su canción’, Anabel Conde en 1995 y su ‘Vuelve conmigo’ en segunda posición y la cuarta posición de Sergio Dalma con ‘Bailar Pegados’. Pero hemos quedado los últimos (o los primeros por la cola) en multitud de ocasiones.

Sin embargo, aunque quedemos los últimos o consigamos malos resultados que año tras año consigue nuestro país en el festival europeo de la canción, es uno de los cinco privilegiados que consigue una plaza directa para actuar en el mítico festival.

La próxima edición del Festival de Eurovisión se llevará a cabo en la ciudad sueca de Malmö el próximo mes de mayo. El dúo Nebulossa, compuesto por Mery Bas y Mark Dasousa, representará a España con la canción «Zorra». Este año, España participará por primera vez en una de las semifinales, aunque será solo como exhibición, ya que RTVE tiene garantizado el pase a la final por ser miembro del llamado Big Five. Pero, ¿qué significa ser parte del Big Five y cómo afecta esto a la candidatura española en el festival?

Big Five

El término Big Five se refiere a los cinco países que tienen el privilegio de avanzar directamente a la final de Eurovisión. Este selecto grupo está compuesto por España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, naciones que, hasta ahora, solo participaban en las semifinales para ofrecer un breve adelanto de su actuación en la gran final del sábado. Estos países son los principales contribuyentes financieros a la Unión Europea de Radiodifusión (UER).

El concepto del Big Five surgió en 1996, cuando Alemania, la economía más importante de la UER, no logró clasificarse para la final. En ese entonces, no existían las semifinales (la primera se introdujo en 2004 como una única gala, no dos), y se seleccionaron 25 países para competir en el Festival mediante una cinta de audio con su candidatura. España fue representada por Antonio Carbonell con la canción «Ay, qué deseo», compuesta por Ketama.

El Festival corrigió este error en la edición de 1997 con un nuevo sistema, pero la idea del Big Five persistió para asegurar la participación de los países que más contribuyen a la UER. En el año 2000 se estableció el privilegio actual de avanzar directamente a la final. Italia decidió retirarse voluntariamente de Eurovisión en ese momento (no regresaría hasta 2011), y el grupo se conoció como el Big Four. Tras el regreso de Italia, se consolidó como el Big Five.

Este sistema proporciona cierta seguridad a las televisiones de Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y España, ya que su presencia en la noche del sábado es garantizada, independientemente de sus candidaturas y de los cambios en el reglamento a lo largo de los años.

¿Ventaja o desventaja?

¿Es beneficioso o perjudicial ser miembro del Big Five? Durante mucho tiempo se argumentó que los países de este grupo obtenían malas puntuaciones en Eurovisión. Sin embargo, el propio Festival ha demostrado que esto no siempre es cierto. Alemania ganó en 2011 y Italia en 2021, por ejemplo. Los italianos han obtenido excelentes resultados en la última década en general, y no podemos olvidar que Reino Unido y España quedaron en segundo y tercer lugar respectivamente en 2022.

A pesar de no participar en la fase de selección previa a la final, cada miembro del Big Five tiene derecho a votar en una de las dos semifinales del certamen, utilizando el mismo sistema de votación que en la final: el 50% del peso para los espectadores y la otra mitad para el jurado nacional. En el año 2024, específicamente, España participará en la votación de la segunda semifinal.

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Los secretos de la Casa Judía de València

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casa judia valencia,
Foto: Hugo Román
Los secretos de la Casa Judía de València-Fotos: Hugo Román-OFFICIAL PRESS

Entre los años 20 y 30 del siglo pasado el art déco dominaba en todas las artes decorativas a nivel mundial.

Había nacido en París y pronto Hollywood lo popularizó como símbolo de glamour.

Y esos aires y aquella esencia de aquella Belle Époque o los llamados Años Locos quedaron inmortalizados en una de las edificaciones más asombrosas de València.

El art déco bebía de todas las culturas, reutilizando de manera libre los elementos arquitectónicos de otras épocas.

Plasmaban los asombrosos hallazgos de aquellos tiempos.

En Egipto como el  descubrimiento de la tumba de Tutankamón, así como de culturas mesopotámica, africana, azteca, maya, hindú que fueron dotándole de un exotismo y una belleza única.

Los secretos de la Casa Judía de València

Caminando por la calle Castellón, en el número 20 nos encontramos con toda una joya que aguarda la mirada de los curiosos que se detienen para admirar un amalgama de formas y colores único.

Entre Germanías y la Estación del Norte está la conocida como Casa Judía de València, que fue construida hacia 1930 por el arquitecto valenciano Juan Francisco Guardiola Martínez.

Nacido en Sueca en 1895 en el seno de una familia de clase media, se trasladó a Barcelona en 1917 para estudiar arquitectura.

Allí fue premiado en  1922  por el proyecto de la estación de metro de la Plaza de Cataluña.

Según cuentan, los diversos viajes que realizó el arquitecto por Asia pudo influir en él a la hora de diseñar el estilo del edificio levantado en el ensanche de la capital valenciana a petición de Yosef Shalóm.

Su apellido nos da la pista del sobrenombre de Casa Judía.

Casa Judía.- Años treinta.- Archivo Ana María Ferrín.

La fachada de la Casa Judía

Un detalle de sus orígenes nos recibe en el dintel de la puerta principal, en el frontón curvilíneo.

Ahí se aprecia una estrella de seis puntas rematado por dos volutas y una hoja de acanto en el arco final.

Su fachada dividida en tres cuerpos, basamental, central y superior, nos transporta sin movernos de la calle a escenarios babilónicos y egipcios por su colorido y las formas de sus columnas, capiteles, remates con forma de pagoda y ventanas ojivales.

Si levantamos la vista podemos admirar el impresionante remate del edificio de inspiración oriental, árabe e hindú.

Foto: Hugo Román

Según cuentan ​en el edificio se reunía de manera discreta la reducida comunidad judía de la época que residía en València para realizar sus celebraciones religiosas.

¿Cómo es en la actualidad?

En la actualidad en el edificio de siete alturas viven familias particulares.

Las viviendas tienen unos 100 m2 cada una, y originalmente contarían con tres habitaciones, un baño, una cocina y un comedor.

Tan solo su fachada, su zaguán y la decoración exterior e interior mantienen la esencia de aquellos años en los que el arte iba asociado a la construcción, en el que cada ladrillo tenía una misión estética.

Años en los que los edificios eran monumentos esperando ser habitados.

Muchos comentan que su fachada parece salida del decorado de la película del Mago de Oz o tal vez de la mente de Tim Burton.

La Casa Judía no es un edificio protegido

Inspiradora y evocadora permanece allí pese a la bomba que cayó cerca durante la guerra y a pesar de que en alguna ocasión haya sufrido modificaciones debido a que, incomprensiblemente, no está protegida.

De hecho los remates del edificio de estilo hindú que lo coronaban fueron retirados en el pasado y su plantas baja han alterado su estilo original.

Guardiola falleció en Alzira en 1962.

Su trayectoria como arquitecto fue amplia con proyectos de viviendas residenciales, fábricas, almacenes, iglesias, teatros y cines, una estación y un banco.

Entre las más destacadas están el Ateneu del Socors en Sueca (1927) y la Casa Xina o Casa Ferran Guardiola en Barcelona (1929) que muestran su talento y originalidad.

Pero sin duda, la Casa Judía es su gran obra maestra.

Una obra que contempla el pasar de los años desde su espectacular fachada, una fachada que nos hace viajar a lugares remotos sin salir de la ciudad.

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