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Salud y Bienestar

¿Cuándo dejan los niños de ir al pediatra?

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¿Cuándo dejan los niños de ir al pediatra?
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Desde su nacimiento, cuando un niño enferma debe acudir al pediatra. Pero llegada una edad, a los padres les surge la duda de cuándo dejan los niños de ir al pediatra. El Ministerio de Sanidad considera que la pediatría está destinada a los niños o al periodo de la infancia que comprende hasta los 18 años. Pero en la práctica esto no es así. Aunque es cierto que en los centros privados, dependiendo del tipo de póliza, se pueden atender a los niños hasta esta edad, en la Sanidad Pública las circunstancias son diferentes y nunca un joven de 16 años suele ir al pediatra.

Los primeros años de los niños

También es necesario que cumpla con un calendario obligatorio de vacunaciones y acuda a sus revisiones periódicas. Todos estos controles son obligatorios tras pasar diez días desde el nacimiento del bebé.

Los chequeos se deben dar de forma periódica hasta que el niño cumpla su primer año de vida. Después, tendrá otra revisión al año y medio y la siguiente al cumplir los dos años. En el futuro, siempre que no presente ninguna condición grave, solo será necesario un chequeo cada dos años hasta cumplir los catorce. Esta es la edad hasta la que, en teoría, un niño tendría que ir al pediatra. Ahora bien, dado que es normal que a los padres les surjan dudas sobre pediatría, siempre es aconsejable acudir al médico y resolver cualquier inquietud acerca de la salud del niño.

Si presenta síntomas que hagan sospechar de alguna enfermedad, ya sea a nivel físico o mental, será el pediatra quien se encargue de efectuar las revisiones necesarias. Aunque en circunstancias normales los niños pasan del pediatra al médico de cabecera a los catorce años, esta fecha puede variar si el pediatra lo considera oportuno, al igual que dependiendo de la comunidad autónoma en que se encuentra empadronado.

En el caso de que niño sea atendido por la sanidad privada, la edad límite puede variar en función de la póliza de seguros contratada. Por norma general, la fecha varía de los catorce a los dieciséis años. En caso de enfermedad grave, puede llegar a ampliarse hasta un máximo de dieciocho años. Hasta esa edad, solo serán atendidos por un pediatra quienes precisen de hospitalización o padezcan enfermedades crónicas o severas.

¿Cuál es la edad máxima para ir al pediatra?

La edad media para acudir al pediatra, antes de que al niño se le derive al médico de cabecera, son los 14 años. A partir de esa edad, pasará de estar en pediatría a médico normal que le seguirá evaluando durante el resto de su vida. Sin embargo, esta situación puede cambiar en según qué circunstancias.

Si un niño tiene una patología grave o crónica, es posible que pueda continuar en pediatría hasta la edad de los 18 años. Estamos hablando de casos de cáncer, parálisis cerebral o alteraciones auditivas, por ejemplo. En los niños que estén sanos, lo habitual es que a partir de los 14 años ya pasen al médico de cabecera.

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Salud y Bienestar

Dra. Paloma Fuentes: “La falta prolongada de sueño puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer o Alzheimer” 

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Falta de sueño alzheimer cáncer

La Fundación del Sueño Mónica Duart celebró este miércoles en Valencia su tercer aniversario con una exitosa conferencia impartida por la doctora Paloma Fuentes, galardonada con el Premio Mundial de la Felicidad 2023 otorgado por la World Happiness Foundation. La conferencia, que tuvo lugar en la Fundación Bancaja, contó con una amplia asistencia de público interesado en la conexión entre el sueño, la felicidad y la salud. 

La doctora Paloma Fuentes explicó durante su conferencia la importancia del sueño para generar felicidad y aseguró que “dormir es el cemento que une los ladrillos con los que construimos nuestra felicidad”. 

Importancia del sueño en la felicidad y bienestar  

La doctora enfatizó que el sueño es el proceso biológico más importante para recuperar nuestra energía. No dormir las horas necesarias (entre 7 y 9 horas cada noche) aumenta el riesgo de desarrollar diversas enfermedades, incluyendo hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedades cardíacas, crisis de ictus, cáncer, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y enfermedades mentales como la depresión. 

Asimismo, insistió en que “la felicidad y el sueño son un binomio perfecto, que no se puede separar. No hay felicidad sin sueño ni sueño sin felicidad, con una mejor higiene de sueño obtendremos una mayor felicidad”. 

 En este sentido, aseguró que “los problemas de salud mental que padecemos en nuestra sociedad actual se deben en gran parte a una falta de sueño y descanso de calidad. El problema del sueño es un problema pandémico, es la pandemia silenciosa del siglo XXI. Tenemos que ser consciente que el sueño no se negocia, ya que el descanso es fundamental para nuestra felicidad”. 

Durante su conferencia sobre “El sueño de la Felicidad” también explicó que “tenemos en nuestro cerebro todo lo que necesitamos para ser felices porque la felicidad es energía y todos los días tenemos la oportunidad de construir felicidad. La felicidad es el estado de la mente que permite al cerebro construir salud y vida de calidad”.  

Por su parte la presidenta de la Fundación del Sueño y CEO de Dormitienda, Mónica Duart aseguró que no hay nada tan importante como promover el valor de la salud y la felicidad, buscando siempre el cuidado de las personas. Y aseguró que “seguiremos trabajando por instalar una buena higiene del sueño en la sociedad para mejorar la calidad de vida de las personas, ya que el sueño es el gran aliado de la felicidad”.   

Mónica Duart destacó el éxito de la conferencia que “nos ha proporcionado valiosas perspectivas y herramientas para mejorar nuestra calidad de vida a través del sueño y la felicidad”. Además, reafirmó su compromiso de seguir trabajando a través de la Fundación para concienciar y promover la importancia del sueño en la salud física y mental.  

Durante el evento, la doctora Fuentes compartió con los asistentes las tres claves fundamentales para alcanzar la felicidad y destacó la importancia de cuidar nuestro sueño como un pilar esencial para el bienestar integral. 

Definición de felicidad  

La doctora Fuentes explicó que todos los seres vivos en este planeta estamos hechos de energía, casi un 99,99% de nuestra composición corporal es energía. Por ello, definió la felicidad como una forma de energía muy especial: “Es la energía que surge de una mente equilibrada y armónica para construir más y mejor salud y, en general, una vida más significativa en todos los ámbitos”. 

Conexión entre felicidad y salud plena  

Fuentes abordó su enfoque biológico, explicando que cerebro, cuerpo y mente están en constante comunicación mediante un lenguaje químico compuesto por neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la oxitocina. Los avances en neurociencia demuestran que podemos aprender a producir voluntariamente en nuestro cerebro un estado neuroquímico de felicidad, y hay numerosas evidencias de que estos neurotransmisores tienen un efecto positivo a nivel cardiovascular, digestivo, metabólico y sobre la inflamación. 

Además, generar energía de felicidad refuerza el sistema inmunológico al incrementar la producción de anticuerpos y modular la respuesta inmunitaria. También destacó que la felicidad induce la producción de telomerasa, una sustancia química que retrasa el acortamiento de los telómeros cromosómicos y, por ende, los procesos de envejecimiento. 

Prácticas para entrenar la mente y alcanzar la felicidad sostenible  

Paloma Fuentes también compartió con el público tres prácticas esenciales para entrenar nuestra mente y alcanzar un estado de felicidad sostenible: 

  1. Reservar un espacio diario para la reflexión personal: Dedicarse tiempo para reflexionar sobre cómo nos sentimos, lo que nos motiva, cómo ha sido el día, qué hemos hecho bien, en qué debemos mejorar y qué debemos agradecer. 
  1. Regular pensamientos y emociones a través de la respiración consciente: Utilizar la respiración como herramienta para liberarnos del malestar y retornar al camino de la salud y el bienestar, evitando quedar atrapados en emociones negativas. 
  1. Cuidar nuestras relaciones sociales: Dedicar tiempo y atención a nuestros seres queridos, amigos y compañeros de trabajo, fortaleciendo los lazos afectivos que nos unen y promoviendo un desarrollo personal y social saludable. 

 

Fundación del Sueño Mónica Duart: 

La Fundación del Sueño Mónica Duart es una entidad privada, sin ánimo de lucro y de carácter permanente. Constituida en 2021 por el deseo de Mónica Duart, CEO de Dormitienda, busca concienciar sobre la importancia del descanso, contribuir a la investigación y al estudio de los tratamientos adecuados para los trastornos y patologías del sueño, así como garantizar el derecho universal al descanso, especialmente de las personas más desfavorecidas. 

 

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