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Fallas

El nuevo traje en ‘Azul Zafiro’ para Carla García en el estreno de Esperanza Pradas

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València, 23 febrero – La agenda de las Falleras Mayores de València y sus Cortes de Honor se intensifica de cara a afrontar los días grandes de la fiesta. Con ello, van descubriendo nuevas partes de su indumentaria que con mucho cariño y dedicación han preparado para lucir en la semana fallera.

Este domingo, Carla García lucía un nuevo vestido de valenciana firmado por Esperanza Pradas. Para este nuevo traje la indumentarista ha confiado en una empresa textil que llega a València para dar ese impulso a la industria sedera. Borras de Seda‘, procedente de Morella, es una empresa histórica en el sector textil, donde cuenta ya con cuatro generaciones tejiendo complementos para traje regional de toda España, y que posee unos de los telares más avanzados dotados con las últimas tecnologías para elaborar ricos tejidos de tela valenciana donde destaca el impresionante relieve de sus dibujos.

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Imágenes: Borras de Seda

La máxima representante infantil se estrena portando una tela de la primera colección de esta firma. ‘Carla’ es el nombre con el que ‘Borras de Seda’ ha bautizado este nuevo dibujo, tejido en fondo ‘azul zafiro’ con colores entonados en rosas, corales, fresas y tostados, todo ello combinado con metal champagne.

Esperanza Pradas ha sido la encargada de dar forma al nuevo vestido de la pequeña Carla. Con más de ocho años de experiencia confeccionando sueños e ilusiones en forma de traje de valenciana, esta indumentarista afincada en Picassent (Valencia), ha elaborado el nuevo vestido con el que la reina del mundo fallero infantil ha sorprendido este domingo.

La ilusión de Pradas por vestir a su primera Fallera Mayor Infantil de València se ve reflejada en su confección. Un traje compuesto por falda y jubón de manga larga, en el que Carla luce una pala con envarado de esparto y volante a tablas en la parte del remate final de la espalda.

Combina el vestido con un delantal y ‘mocador de pit’ en el que destaca el dibujo antiguo sacado del archivo familiar de Juyma Algemesí. Están bordadas en hilo de seda crudo sobre un tejido de nippy rústico también en crudo. Este precioso bordado, con toques de lentejuela en oro, incluye puntillas de valencié incrustadas artesanalmente en la tonalidad del tejido.

Como parte de su ‘ropa interior’, la Fallera Mayor Infantil de València luce camisa y cancan de Margarita Vercher, calcetines pintados a mano con el dibujo y las tonalidades de la tela por ‘Pintures Marisa’, mientras que los zapatos son el modelo Tejo de Descans.

Carla luce el modelo Balconet en color oro de José Bonora y peinetas de la reconocida firma Art Antic, realizadas en plata de ley chapadas en oro con un dibujo exclusivo para la Fallera Mayor Infantil de València con motivos florales extraídos de unas de las telas de los trajes Carla. La peineta está matizada a mano realzando la delicadeza del dibujo en brillo. En el lateral del peine lleva grabado su nombre.

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Imágenes: José Espolín

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Fallas

GALERÍA| El emotivo encuentro de la Corte de 1998

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Corte de Honor 1998
Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia 1998-OFFICIAL PRESS

El pasado sábado, trece mujeres se reunieron para celebrar un evento cargado de recuerdos y emociones. Estas mujeres, que en 1998 fueron elegidas como Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia, se reencontraron 26 años después para rememorar uno de los momentos más significativos de sus vidas.

La Corte de Honor 1998

Corte y Fallera Mayor de Valencia 1998-Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

Inés Fresneda, Merche Ballester, Loles Fernández, Vicky Martínez, Gloria Torres, Victoria Bayarri, Auxi Pérez, Teresa Moret, Mª José Romero, Mónica Taberner, Marigi Usano, Vanessa Arnal y Susana Remohí fueron las representantes del mundo fallero en 1998.

Un año inolvidable

Para estas mujeres, el año 1998 marcó un antes y un después. Ser elegidas para formar parte de la Corte de Honor y, especialmente, ser nombrada Fallera Mayor de Valencia, es un honor que pocas pueden experimentar. Durante aquel año, compartieron experiencias únicas, desfiles, actos oficiales y una conexión especial que las unió de por vida. Las Fallas, más que una fiesta, son una tradición que tiene el poder de crear lazos profundos y duraderos entre quienes las viven intensamente.

Un reencuentro cargado de emociones

El reencuentro se celebró con una comida a la que asistieron no solo las trece integrantes de la Corte de 1998, sino también sus padres y parejas. Este encuentro permitió que cada una compartiera cómo había cambiado su vida desde aquel entonces, y cómo la experiencia de ser parte de la Corte de Honor había influido en sus trayectorias personales y profesionales.

Aunque no todos los padres y parejas pudieron asistir, ya que la vida inevitablemente se lleva a personas queridas, la reunión fue un homenaje a los momentos compartidos y a aquellos que ya no están. Las ausencias fueron sentidas profundamente, pero también se celebró la alegría de poder reencontrarse y recordar juntos aquellos días especiales.

Las Fallas: Una tradición que une y transforma

Las Fallas son mucho más que una celebración; son una manifestación cultural que une a las personas y transforma vidas. Para estas trece mujeres, ser parte de la Corte de Honor no solo les dio la oportunidad de representar a Valencia y su tradición, sino que también les proporcionó una experiencia compartida que ha perdurado a lo largo de los años.

Durante la comida, se compartieron anécdotas, risas y, cómo no, algunas lágrimas de nostalgia. Cada una recordó con cariño los momentos vividos juntas, desde los preparativos hasta los actos oficiales, pasando por los momentos únicos que solo pueden vivir ellas y apoyo mutuo. Las Fallas de 1998 no solo las unieron como compañeras, sino como amigas que han mantenido el contacto y la conexión a lo largo de más de dos décadas.

Un vínculo inquebrantable

El reencuentro de la Corte de 1998 es un testimonio del poder de las Fallas para crear vínculos duraderos. Para estas mujeres, la experiencia de ser parte de la Corte de Honor fue un momento que marcó sus vidas de manera profunda y significativa.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998 es una muestra más de cómo las Fallas pueden cambiar vidas y unir a las personas en una experiencia compartida de celebración, cultura y tradición. Aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, los lazos creados en torno a esta fiesta tan especial permanecen fuertes y significativos.

La capacidad de unir personas

Este reencuentro no solo fue una oportunidad para recordar el pasado, sino también para celebrar el presente y mirar hacia el futuro con la esperanza de seguir compartiendo momentos inolvidables. Las Fallas, una vez más, demostraron su capacidad para unir a las personas y transformar vidas, creando recuerdos que perduran para siempre.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998, en imágenes:

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