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Fallas

La Geperudeta lucirá en el besamanos un manto regalado por una devota anónima

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VALÈNCIA, 20 May. (EUROPA PRESS) –

La imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados de València lucirá este miércoles, 22 de mayo, un manto de seda de color de fondo de tonos grises con flores durante el besamanos público que se celebrará en la Basílica, desde las siete de la mañana hasta la madrugada, de forma ininterrumpida.

Este año, la Geperudeta portará un manto nuevo, «muy bonito», bendecido este lunes en un acto privado y regalado para el besamanos una devota que quiere permanecer en el anonimato, avanza el Arzobispado de Valencia en un comunicado.

La Mare de Déu dels Desamparats «ya está preparada y está preciosa», como ha destacado la camarera de la virgen, Mª Dolores Alfonso, que se estrena este año en el cargo.

Vinculada a la Basílica desde hace 25 años, esta camarera ha sustituido a Mª Ángeles Serrano, a la que ayudó durante muchos años. Ante la proximidad del besamanos se ha mostrado «muy emocionada». «No me lo creo cada vez que la tengo cerca», ha manifestado.

A dos días del besamanos, la imagen peregrina está lista para que cada persona que se acerque a la Basílica «con su intención y devoción» la vea: «Seguro que obtiene una respuesta, porque es nuestra madre y siempre nos ayuda».

Durante la jornada, los devotos podrán besar la mano de la imagen peregrina de la patrona. Estará en el centro del altar mayor de la Basílica, a la misma altura que las personas que se acerquen.

Paralelamente, la imagen original de la Virgen de los Desamparados –la que preside el altar mayor– quedará girada hacia su camarín, donde tendrá lugar el culto ordinario a lo largo de todo el miércoles.

Debido al elevado número de asistentes –cerca de 30.000 el año pasado-, la cola se distribuirá en forma de zig zag en la plaza de la Virgen de València. Allí habrá efectivos de Cruz Roja y miembros de la Hermandad de Seguidores de la Virgen repartirán hasta 7.000 litros de agua en botellines.

Al no estar disponible el toldo en la plaza, los asistentes deberán protegerse del sol y mantener el orden en la cola, que se organizará con unas vallas instaladas por el Ayuntamiento de València.

HASTA QUE PASE LA ÚLTIMA PERSONA
Las puertas de bronce se abrirán a las siete de la mañana y cerrarán cuando pase la última persona que esté en la cola, «sea la hora que sea, sin hora determinada». El año pasado, el cierre fue a las dos y media de la madrugada.

El besamanos cumple 17 años en 2019. Junto al acceso principal por la puerta de bronce, contará con otro reservado para discapacitados. Todos los asistentes recibirán una de las 35.000 estampas que se han editado.

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Fallas

GALERÍA| El emotivo encuentro de la Corte de 1998

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Corte de Honor 1998
Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia 1998-OFFICIAL PRESS

El pasado sábado, trece mujeres se reunieron para celebrar un evento cargado de recuerdos y emociones. Estas mujeres, que en 1998 fueron elegidas como Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia, se reencontraron 26 años después para rememorar uno de los momentos más significativos de sus vidas.

La Corte de Honor 1998

Corte y Fallera Mayor de Valencia 1998-Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

Inés Fresneda, Merche Ballester, Loles Fernández, Vicky Martínez, Gloria Torres, Victoria Bayarri, Auxi Pérez, Teresa Moret, Mª José Romero, Mónica Taberner, Marigi Usano, Vanessa Arnal y Susana Remohí fueron las representantes del mundo fallero en 1998.

Un año inolvidable

Para estas mujeres, el año 1998 marcó un antes y un después. Ser elegidas para formar parte de la Corte de Honor y, especialmente, ser nombrada Fallera Mayor de Valencia, es un honor que pocas pueden experimentar. Durante aquel año, compartieron experiencias únicas, desfiles, actos oficiales y una conexión especial que las unió de por vida. Las Fallas, más que una fiesta, son una tradición que tiene el poder de crear lazos profundos y duraderos entre quienes las viven intensamente.

Un reencuentro cargado de emociones

El reencuentro se celebró con una comida a la que asistieron no solo las trece integrantes de la Corte de 1998, sino también sus padres, parejas y los más pequeños. Este encuentro permitió que cada una compartiera cómo había cambiado su vida desde aquel entonces, y cómo la experiencia de ser parte de la Corte de Honor había influido en sus trayectorias personales y profesionales.

Aunque no todos los padres y parejas pudieron asistir, ya que la vida inevitablemente se lleva a personas queridas, la reunión fue un homenaje a los momentos compartidos y a aquellos que ya no están. Las ausencias fueron sentidas profundamente, pero también se celebró la alegría de poder reencontrarse y recordar juntos aquellos días especiales.

Las Fallas: Una tradición que une y transforma

Las Fallas son mucho más que una celebración; son una manifestación cultural que une a las personas y transforma vidas. Para estas trece mujeres, ser parte de la Corte de Honor no solo les dio la oportunidad de representar a Valencia y su tradición, sino que también les proporcionó una experiencia compartida que ha perdurado a lo largo de los años.

Durante la comida, se compartieron anécdotas, risas y, cómo no, algunas lágrimas de nostalgia. Cada una recordó con cariño los momentos vividos juntas, desde los preparativos hasta los actos oficiales, pasando por los momentos únicos que solo pueden vivir ellas y apoyo mutuo. Las Fallas de 1998 no solo las unieron como compañeras, sino como amigas que han mantenido el contacto y la conexión a lo largo de más de dos décadas.

Un vínculo inquebrantable

El reencuentro de la Corte de 1998 es un testimonio del poder de las Fallas para crear vínculos duraderos. Para estas mujeres, la experiencia de ser parte de la Corte de Honor fue un momento que marcó sus vidas de manera profunda y significativa.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998 es una muestra más de cómo las Fallas pueden cambiar vidas y unir a las personas en una experiencia compartida de celebración, cultura y tradición. Aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, los lazos creados en torno a esta fiesta tan especial permanecen fuertes y significativos.

La capacidad de unir personas

Este reencuentro no solo fue una oportunidad para recordar el pasado, sino también para celebrar el presente y mirar hacia el futuro con la esperanza de seguir compartiendo momentos inolvidables. Las Fallas, una vez más, demostraron su capacidad para unir a las personas y transformar vidas, creando recuerdos que perduran para siempre.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998, en imágenes:

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